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domingo, 30 de noviembre de 2008

- DOCTOR, QUIERO UN PERRITO PARA MI HIJITO




LOS NIÑOS NECESITAN APRENDER ACERCA DE LOS PERROS

Amable lector, he querido escribir este post porque amo a los perros…y amo a los niños también, y me duele mucho el hecho de ver a tanto perro sacrificado/matado/golpeado/botado a la calle, etc., y me duele también el hecho de ver a tanto niño malamente herido por la mordedura de un can. Esta amarga situación sería totalmente evitable si los adultos invirtiéramos un poco de tiempo en aprender a ver el mundo desde la perspectiva canina…

Cuando un padre dice: mi hijo es bueno con los perros, ¿qué quiere decir exactamente?
¿Quiere decir que la gente debe de estar encantada de ver cómo el perro de la casa deja que el hijito haga lo que quiera con él, como jalarle la cola o meterle el dedo en los ojos???
El inmenso abismo que separa a cómo los perros y cómo los humanos perciben el comportamiento infantil origina perros arruinados y niños lesionados, y eso lo vemos a diario en la prensa o TV, o si no, date un paseo por el Centro Antirrábico de Lima y verás que la gran mayoría de los perros allí encerrados no tienen nada que ver con la rabia.

Reglas básicas
Ningún niño por debajo de la edad escolar debería ser dejado a solas con un perro (sin importar el tamaño ni la raza de éste). La supervisión por otro niño de mayor edad no es suficiente: el adulto a cargo debe ser capaz de controlar tanto el comportamiento del niño como el comportamiento del perro. Si existiera la mínima duda en cuanto a poder controlar a alguno de los dos (niño o perro), entonces, lector, necesitas a un adulto capaz de controlar al niño y a otro para controlar al perro.

Este concepto echa por tierra una de las imágenes favoritas que tiene la gente acerca de los perros con los niños, es decir, el que coloca al perro como la perfecta niñera. Simplemente, no es seguro poner al perro en semejante posición.





Por el lado del niño, la capacidad mental para la empatía y la conciencia de poder herir a otro ser vivo no se desarrolla hasta los 5 ó 7 años de edad. El niño, por ende, no está en capacidad de comprender el hecho de que determinadas acciones pueden herir o causar dolor al perro. Puede ser que el niño nos dé las respuestas correctas e incluso se porte adecuadamente (con respecto al perro) cuando es supervisado, pero apenas el adulto da media vuelta lo más seguro es que el niño empiece a experimentar. Y esto es debido a que esa es la manera de cómo el cerebro humano se desarrolla, y será un problema tanto con niños “buenos” como con niños “malos.”
Los niños mayores también pueden tener problemas comportándose con los perros y ello debido a su inhabilidad de comprender las consecuencias de sus acciones. Los chicos hasta los nueve años de edad son los principales candidatos para las peores mordeduras, por la tanto LA IDEA DE DAR A UN NIÑO LA EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD POR EL CUIDADO DE UN PERRO SIMPLEMENTE NO FUNCIONA.


Conductas específicas
Cuando los padres, al observar interactuar al niño y al perro, desconocen cuál comportamiento o reacción del niño resulta amenazante para el animal, se encuentran entonces en una situación vulnerable y potencialmente peligrosa. Y es precisamente en este punto donde la mayor parte de los padres está.

Lo que NUNCA se debe permitir a un niño:

1. Jalarle las orejas a un perro.
2. Meterle el dedo en los ojos, o pinchar cualquier otra parte del perro.
3. Provocar al perro agitando un juguete en frente de él.
4. Jalarle la cola.
5. Agarrarle cualquier parte del cuerpo.
6. Perseguirlo o “cazarlo.”
7. Jugar a los jalones o competir con el perro por juguetes, comida u otros.

8. Cargar a un cachorro o a un perro pequeño (como si fuera un juguete o un muñeco)
9. Ponerse cara a cara con el perro.
10. Correr hacia donde el perro se encuentre durmiendo.
11. Molestar al perro mientras come.




12. Intentar acariciar un perro cuyo dueño no está presente o a la vista.
13. Intentar acariciar o molestar a un perro a través -o por encima- de una reja.
14. Acercarse a una perra recién parida para ver o tocar a los cachorros.
15. Echarse a correr (huir) cuando el niño vea un perro extraño.
16. Provocar a un perro para excitarlo.
17. Montar al perro como a un caballo, recostarse o, en general, poner peso sobre él.
18. Evitar que uno o más niños empiecen a gritar en presencia de un perro.
19. Evitar asociaciones negativas del perro con respecto del niño, ejemplo: si el perro es golpeado en presencia del niño el animal puede asociar en su mente al niño con el dolor, y reaccionar negativamente en contra de él en el futuro.

Desde el punto de vista del perro.
Cuando un perro se ha convencido de que los niños le inflingen dolor o miedo, el daño ya habrá sido hecho, y no confiará en los niños. Si el perro llega a creer que su dueño adulto tolera y permite que esto ocurra, o que lo dejará a merced de los niños, eventualmente al perro no le quedará otra alternativa que la auto defensa.
En el momento que el perro muestra alguna reacción, el daño en la mente del animal puede haber ocurrido hace mucho tiempo. Esto es especialmente cierto en los perros criados desde cachorros en hogares con infantes inadecuadamente supervisados. A medida que madura el sentido de defensa del perro, y cuando el perro está listo para hacer algo con respecto a los niños, las creencias de éste con respecto de aquellos ya están establecidas en su mente. Los padres ni se dieron cuenta del daño mental que causaron a su perro al estar tan complacidos de que el cachorrito (o el perro adulto) “les deje a los niños hacer lo que quieran.”

Cuestiones sociales
Los perros benefician enormemente a los niños cuando ambos –perro y niño- son manejados adecuadamente. Existe un gran consenso en diversas investigaciones que señalan que los niños viviendo con perros adecuadamente criados, tienen ventajas mentales y emocionales que perduran de por vida.
El hecho de aprender a criar un perro adecuadamente sirve de entrenamiento a los humanos para ser buenos padres, porque en muchos sentidos, las personas aprenden de manera similar a los perros.
Debido a que manejar un hogar con niños pequeños, y dedicarle –además- tiempo al perro (especialmente si es cachorro), es un asunto bastante complejo, es aconsejable esperar hasta que los niños empiecen a ir al colegio antes de pensar tener un cachorro. Otra opción sería adoptar un perro adulto que sea excelente con los niños.



Para ser exitoso, cualquier opción que se elija para tener un perro en la familia con niños, será necesario enseñar a los niños cómo tratar e interactuar con los perros adecuadamente, y además supervisar a ambos cuando estén juntos. Estas habilidades permanecerán en tus hijos hasta convertirse en adultos.
Muchas cosas maravillosas ocurren en la mente y corazón humanos cuando una persona aprende a comprender a los perros y a tratarlos con bondad.

Y recuerda esto siempre querido lector:

CUANDO UN NIÑO ES MORDIDO LA CULPA NO ES DEL PERRO NI DEL NIÑO

(tú ya sabes quién es el verdadero culpable, ¿no lector?)


2 comentarios:

Miyita dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que has posteado, es exactamente así ni más ni menos, si un perro muerde o agrede a un niño es culpa del padre o tutor del niño porque irresponsablemente no lo acompaña. Es una pena ver a tanto animalito encerrado esperando la muerte que no merece, a tanto animalito confinado a un techo porque un adulto es incapaz de poner reglas, límites, tomarse el tiempo para educar a la familia (incluida mascota). No existe la casualidad sino la causalidad, y estoy dando gracias a esa maravillosa causalidad que puso tu blog en mi camino, muchísimas gracias por redactar cada post con tanto amor.

Doctor G. dijo...

Miyita,
muchas gracias por tu comentario. Siempre se piensa en las necesidades del humano, y ocurren trágicas cosas cuando desatendemos las necesidades de nuestros animales. El camino de la educación y concientización es largo e inacabable.

Un abrazo